Cuando piensas mucho en tus preocupaciones y no paras de hablar de ellas, estás alimentándoles y haciéndolas crecer.
Hoy os traemos una técnica muy útil y eficaz que trabajamos en muchas ocasiones en terapia para reducir tomar conciencia y reducir los momentos de mucha carga, actividades o toma de decisiones o situaciones que nos preocupan que puedan ocurrir.
La hora de las preocupaciones consiste en dedicar un rato para hablar de tus preocupaciones al día. Durará unos 15 minutos.
Durante ese tiempo, podrás pensar sobre todo lo que te preocupe, o incluso compartir esos minutos hablando de ello con algún familiar o amigo/a. En ese tiempo no debe haber ninguna interrupción: ni televisión, ni llamadas de teléfono, ni hermanos que interrumpan…
Es la hora en la que puedes decir todo lo que quieras sobre tus temores, mientras que estás sola u otros/as se sientan sólo a escucharte y a intentar ayudarte.
Busca un símbolo para identificar la hora de las preocupaciones y hazle saber a tu entorno que cuando ese símbolo esté presente no pueden interrumpirte, a no ser que quieras que participen.
Hay sólo una norma muy importante sobre “la hora de las preocupaciones”:
ESTÁ PROHIBIDO PENSAR Y HABLAR DE LAS PREOCUPACIONES FUERA DE LA “HORA DE LAS PREOCUPACIONES”
Si alguna preocupación intenta molestarte en cualquier otro momento del día debes evitar pensar en ella o hablar de ella hasta que sea la hora.
Si una preocupación se mete en tu cabeza y no es la hora, piensa en una caja fuerte. Cierra los ojos para que puedas imaginar como es esa caja; tiene que tener una tapa y una cerradura muy segura. Ahora, debes pensar que metes tu preocupación en la caja y la cierras completamente. Ya sabes que podrás pensar en ello cuando sea la hora pero por el momento déjalas encerradas y ocúpate de otra cosa.
Tus familiares o amigos sólo contestarán a las preguntas sobre tus preocupaciones en la hora convenida. Tampoco intentarán tranquilizarte fuera de esa hora.
Cuando aprendes a guardar las preocupaciones hasta la hora adecuada ocurre algo interesante. Al principio es posible que parezca que no vas a poder esperar hasta la hora de las preocupaciones porque tienes muchas cosas en la cabeza y tendrás que hacer un gran esfuerzo para meterlas en la caja. Es posible que tengas que repetirte muchas veces que tienes que esperar a la “hora de las preocupaciones”.
Pero pronto verás que cuando llega la “hora de las preocupaciones” algunas de ellas han desaparecido y no te acuerdas de lo que tenías que pensar. Cuando abras la caja imaginaria verás que no está tan llena como pensabas. Algunas preocupaciones tontas que te molestan desaparecerán si no les prestas atención.
Después, poco a poco, las preocupaciones pequeñas irán desapareciendo y podrás dedicar todo el tiempo a pensar en cosas más importantes que tienes en la cabeza.
Esperamos que pueda resultarte útil y desde Actúa os animamos a probarlo. Esperamos tus comentarios, y como sabes para cualquier duda tienes a nuestro equipo de psicólogos especializados para ayudarte en una primera entrevista gratuita tanto de forma online como presencial en nuestro centro.
Te esperamos!