“Soltar no es perder…sino abrirse a incorporar algo nuevo”
Intentar “tener todo bajo control” puede que aparentemente tenga beneficios, ya que planificar, prepararse, anticiparse, ser responsables y precavidos pueden resultar acciones positivas si se convierten en una conducta para el logro de nuestras metas.
Creemos que así controlaremos no cometer errores, no equivocarnos, que todo esté en su sitio y que las cosas salgan como esperamos. Sin embargo cuando “tener todo bajo control” se convierte en una necesidad y en un hábito acabamos siendo intolerantes a los errores que surgen, vivimos pensando solo en conseguir los objetivos que nos hemos marcado y no disfrutamos del proceso, vivimos en una constante preocupación por si ocurre algo que no se encontraba dentro de nuestros planes, o por si alguien hace o expresa cosas que no se encontraban dentro de nuestra visión de cómo “deberían o tendrían que ser las cosas”.
De está manera nos cuesta dejarnos llevar por el fluir natural de la vida, nos sentimos inseguros ante situaciones nuevas y nos cuesta mucho más adaptarnos a los cambios.
¿Cómo podemos liberarnos de la necesidad de tener todo bajo control, sentirnos más seguros, y adaptarnos mejor a las nuevas situaciones?
Te proponemos algunas sencillas estrategias:
• Aceptar como parte de la vida que existen variables externas o acciones de otros que no podemos controlar. Recordar que existen variables externas sobre las que no tenemos control. Es positivo identificar cuáles son esas variables o factores y aceptarlas como parte de la vida.
• Enfocarnos en lo que sí podemos tener control. Reconocer hasta dónde podemos llegar, hacer nuestra parte lo mejor posible. Sólo podemos ocuparnos de lo que sí tenemos control, no de todo ni de todos.
• Darnos permiso para cometer “errores”. En lugar de llamarlos errores, podemos verlos como espacios para aprender. Es positivo observar nuestros errores y resultados no esperados como lo que son: espacios que nos ayudan en el camino de nuestra evolución como ser humano y que nos dan una excelente retroalimentación para otras situaciones.
• Liberarnos de las cargas emocionales del pasado. Aprender del pasado, y dar un nuevo significado a las situaciones negativas para poder vivir plenamente el presente y rediseñar el futuro.
• Dejar de responsabilizarnos de la vida de los demás. Darles a ellos la oportunidad también de que se ocupen de los espacios y asuntos que le son propios. Permitirles ser responsables de su propia vida.
• Respetar los puntos de vista de los demás. Aprender a aceptar y respetar el punto de vista del otro no implica que estemos de acuerdo pero si que lo respetamos. La versión del otro implica relacionarnos mejor a pesar de las diferencias de valores y criterios. Recordar que cada uno tiene una historia de vida y un aprendizaje distinto al nuestro y no gastar tanta energía en imponer nuestro criterio.
• Cambiar alguna de nuestras rutinas diarias. Cambiar aquellas cosas que son hechas de una determinada manera porque siempre lo hicimos así y lo seguimos haciendo como robots, es una tarea sencilla que simplemente requiere pequeños cambios diarios como introducir nuevas acciones o conductas y sin embargo tiene unos beneficios muy positivos y resultados a corto plazo en nuestra flexibilidad, estado de ánimo y en nuestra adaptación a los cambios.
• Identificar nuestros miedos e inseguridades e ir afrontándolos gradualmente.
• Hacer un ejercicio diario de dejarnos llevar y fluir con los acontecimientos que van sucediendo.
• Valorarnos y aceptarnos incondicionalmente con nuestras sombras y fortalezas. Somos seres humanos, no seres perfectos. Cuanto más trabajemos en la aceptación y reconocimiento de nosotros mismos, lograremos mayor seguridad en nosotros y por tanto aceptaremos a los demás con sus defectos y virtudes, además de aceptar cualquier cosa que detectemos que no podemos cambiar para concentrarnos en lo que sí podemos. Cuando uno se acepta a si mismo tal y como es, potenciando sus fortalezas, comprende que nadie ni nada es perfecto y se siente más libre y relajado para vivir y crear lo que desee en su vida.
Cuando te observes queriendo tener todo bajo control, para un momento. Reflexiona y piensa que el único autocontrol que necesitas es el de tus pensamientos. Allí es donde tienes que influir para dirigir tus emociones y acciones hacia los resultados que tú desees, haciendo uso lo mejor que puedes de ti mismo y del exterior.
“Entrénate a soltar aquello que tienes miedo a perder”.
Lidia Carmena León