El post de hoy trata sobre la ansiedad NO asociada a patología, se trata de una ansiedad “típica” del estilo de vida que llevamos.
La ansiedad se relaciona con la comida de 2 formas totalmente contrapuestas:
- Que se quite el apetito, y por lo tanto, NO comer. Te sonará la famosa frase de «se me cierra el estomago».
- Que el apetito se acrecenté, comer DE MÁS. Es decir, el problema es la ANSIEDAD y el comer es la respuesta para calmarla.
Por ejemplo: has tenido un día duro, reuniones, niños, lavadoras, lavavajillas, cena… después de todo el nerviosismo del día a día, es tu momento de «relax», te acercas a la nevera y comes aquello que te provoca. Esta acción te produce placer y relajación, que tanto necesitas.
De esta ultima es de la que trata este post.
¿QUÉ ESLA ANSIEDAD POR AL COMIDA?
Necesidad intensa de comer alimentos que nos van a producir sensación de placer y relajación, debido a la existencia de épocas/momentos de estrés. NO es estar hambriento y buscar alimentos para calmar el hambre fisiológica. Es estar más/menos saciado y comer por causa emocional, como parte de esa gestión emocional.
¿POR QUÉ OCURRE LA ANSIEDAD POR LA COMIDA?
Comer ciertos alimentos hacen que el cerebro segregue diferentes sustancias, como los neurotransmisores. La serotonina y la dopamina, son dos neurotransmisores ligados al hambre y a las ganas de comer.
La serotonina: se encarga de aportarnos bienestar y equilibrio. Además, nos ayuda a inhibir el hambre. Por lo que si tenemos déficit se asociara a consumir más alimentos, mayormente de características dulces, además se asocia también con atracones.
La dopamina se relaciona con la motivación y el placer. Abunda en nuestro sistema de recompensa de nuestro cerebro. Cuando comemos algo que nos gusta será liberado.
¿QUE PODEMOS HACER PARA REDUCIR LA ANSIEDAD POR LA COMIDA?
- LOCALIZA EL PORQUÉ DE LA ANSIEDAD: Se consciente de porque te pasa. Ayudará a entender la situación y a contextualizarla.
- TIEMPO Y LUGAR: Localiza el momento en el que te apetece más y el lugar. Si el apartado anterior ayudaba a entender la situación, este, ayuda a contextualizarla.
- CONTROL ESTIMULAR: intenta no tener a mano aquellos alimentos que son una tentación. No se trata de prohibir, si no de no tentarnos de forma innecesaria.
- INTERCAMBIA ESTÍMULOS: Cambia el placer de los estímulos relacionados con la comida por otros mejores y más adaptativos. ¿Qué actividad puede relajarte de verdad, en lugar de comerte la caja de galletas?
- APOYO SOCIAL: Contárselo a nuestro entorno más cercano puede ayudarnos mucho. Primero, a normalizar la situación, ya que no es nada malo. Y segundo, a ayudarnos a controlar y mejorar en el momento en el que la ansiedad aparezca.
- DIETA EQUILIBRADA: No podemos intentar controlar la comida y nuestra relación con esta, si llevamos una alimentación desequilibrada, no aportamos a nuestro organismo lo que necesita y pasamos hambre.
- MANTENTE ACTIVO: evita el sedentarismo y busca estar activo en tu día a día.
En Actúa Psicología disponemos de profesionales que pueden ayudarte a dar los primeros pasos para reducir la ansiedad por la comida y otras patologías relacionadas con esta enfermedad mental que afecta en mayor o menos medida a gran parte de la población.