Orientación Psicológica

Nuestra orientación psicológica es principalmente cognitivo conductual, integrando también las orientaciones psicológicas humanista y sistémica.

Orientación cognitivo-conductual

La orientación cognitivo-conductual está basada en que nuestro comportamiento es aprendido, y por tanto nuestros pensamientos, emociones y conductas están interrelacionados. En el transcurso de nuestra vida aprendemos diferentes pautas de comportamiento y creencias, que dan lugar a pensamientos automatizados. Algunos de estos aprendizajes nos ayudan a sentirnos bien, a relacionarnos adecuadamente y a lograr nuestras metas pero otros nos generan sufrimiento y dañan nuestra salud y relaciones interpersonales. En las sesiones terapéuticas trabajamos sobre este comportamiento y cómo influye en nuestra conducta y en la actitud frente a la vida y las emociones. La intervención terapéutica es interactiva y breve. La persona no se limita a asistir sólo a las sesiones, sino que va aplicando cambios graduales en su vida cotidiana, aplicando técnicas que promueven el cambio y dotando a la persona de estrategias y habilidades para conseguirlo.

Orientación humanista

La orientación Humanista mantiene la confianza profunda en la persona, aceptando sus sentimientos y experiencias de una forma incondicional. El ser humano nace con un potencial a desarrollar que puede ser ayudado durante la terapia a través de un clima comprensivo y de respeto. Esto permite a cada persona descubrir sus propios recursos para conocerse, comprenderse mejor, enfrentarse a sus dificultades y recobrar la confianza en sí mismo. Damos una especial importancia a la relación del psicólogo con la persona teniendo en cuenta elementos clave como la estima, la confianza y el significado de sus experiencias y sentimientos. En un ambiente de apertura, sinceridad y tolerancia. Intentamos ayudar a que la persona alcance una mayor autoconciencia, motivación y capacidad para la identificar su problema.

Orientación sistémica

La orientación sistémica se aplica para entender los problemas de relación y comunicación de la familia vista como un todo. Para su desarrollo se utilizan diversos conceptos teóricos y técnicas especializadas para su entendimiento y alternativas de solución. Utilizamos técnicas de evaluación e intervención propias de esta orientación para favorecer y facilitar el cambio de la persona. Este enfoque conjuntamente con la orientación cognitivo-conductual y humanista suele estar indicada por su eficacia en las terapias individuales, terapia familiar, terapia de pareja, procesos de separación, adicciones, y problemas de conducta en niños y adolescentes.