¿Qué es la baja autoestima infantil?
La autoestima es la percepción evaluativa que tenemos sobre nosotros mismos, es cómo nos valoramos.
Un proceso que se forja desde la infancia y que cambia a lo largo del desarrollo evolutivo. Por lo tanto, la autoestima es el acto de valorarnos, querernos y priorizarnos. Una buena autoestima proporciona una base estable para construir sobre ella.
Los niños con baja autoestima no han aprendido a quererse por encima de sus acciones concretas. No han aprendido a valorarse, no se esfuerzan si a la primera fallan, porque no saben qué son las metas a largo plazo.
El desarrollo normal de una persona puede plantear muchas dudas. En el caso de los niños y adolescentes, en muchos casos, hacen depender su seguridad de la opinión de su entorno. En lugar de aceptarse, se exigen ser como creen que deben ser o como los demás quieren que sean. Comienzan a buscar el imposible “yo ideal” y es entonces cuando la frustración llega a sus vidas.
Con el tiempo y a medida que llegan a la edad adulta, esta baja autoestima puede desencadenar otros muchos problemas. Por lo tanto desarrollar la seguridad en uno mismo es algo muy necesario para que el niño/adolescente acceda a la edad adulta de una forma positiva.
Algunos de los síntomas de baja autoestima infantil pueden ser:
- El niño se frustra fácilmente con cualquier reto no conseguido.
- Pronuncia frases negativas del tipo: “Qué estúpido soy”.
- Suele ser pesimista. Todo lo ve negativo y difícil de conseguir.
- Es muy crítico consigo mismo. Cualquier cosa, cree que la hace mal.
Los factores más frecuentes que llevan a un niño a tener una autoestima baja son éstos:
- Problemas familiares.
- Si presentan dificultades de aprendizaje.
- El niño no aprende a ser autónomo y siente que no puede sólo o que no confían en él, creyendo que “si me ayudan es porque yo no puedo o no sé”.
- Los niños que se sienten presionados. Están demasiado pendientes de lo que se espera de ellos y tienen miedo a no cumplir la expectativas de los demás.
- Acoso escolar.
- Apego inseguro.
Por otro lado algunos de los síntomas de baja autoestima en el adolescente son:
- Camina con la cabeza baja. Parece que nada le importa.
- No mira a los ojos cuando habla.
- Habla de forma negativa sobre sí mismo. Pronuncia frases que demuestran muy poco amor a uno mismo.
- Evita el contacto físico. No da abrazos ni besos.
- Dramatiza todo en exceso.
- Habla de forma agresiva o con un alto tono de voz.
- Evita situaciones sociales. Normalmente, un adolescente con autoestima baja no tendrá casi amigos.
- Pide excusas a menudo. Por todo, cree haber cometido un error y se disculpa.
Los factores que pueden llevar a un adolescente a reducir su confianza y autoestima son:
- Rechazo de parte de personas del sexo contrario o de los compañeros. En esta etapa, cualquier rechazo puede hacer que la inseguridad aumente.
- La competencia entre hermanos puede causar que el adolescente se sienta inferior.
- Si no aceptan el aspecto de su rostro o su aspecto físico muy importante en esta etapa.
- Cambios hormonales.
- Sin darnos cuenta no se le deja crecer ni tomar decisiones por sí mismo.
- Una baja autoestima que se arrastra desde la infancia.
- Fracaso escolar.
¿Cómo te ayudamos? Nuestro Tratamiento.
En Actúa somos especialistas en la detección y tratamiento de este problema.
Una vez realizada la evaluación detallada del problema y analizados los factores elaboraremos un plan de tratamiento individualizado.
Desde el principo hacemos partícipes a los padres junto con el niño o adolescente teniendo como líneas principales del tratamiento: trabajamos en potenciar la confianza en sus capacidades, estrategias para la toma de decisiones y fomentar espacios para poner en marcha su autonomía, identificación de pensamientos erróneos con respecto a sí mismo y/o su imagen, reducir las elevadas expectativas que pueda tener sobre si mismo o sus logros con el fin de trabajar su aceptación incondicional, cambio en el foco no solo del resultado sino del esfuerzo, averiguar sus propias necesidades y entrenamiento en habilidades de comunicación asertiva (decir no, poner límites, priorizarse…)y trabajo en la regulación de sus emociones.
En Actúa empleamos las técnicas que han demostrado sus resultados de forma eficaz siguiendo la metodología de las orientaciones cognitivo conductual, sistémico y humanista integrando también ejercicios de mindfulness o atención plena.
Uno de los primeros factores importantes en esta primera parte de la evaluación es desarrollar un vínculo positivo y de confianza con niño/adolescente con el fin de que se sienta durante las sesiones en un entorno seguro de escucha, compresión y validación.