globos

Timidez y dificultades en las relaciones sociales.

¿Qué es la timidez?

La timidez implica cierto grado de introversión en los contextos sociales, una falta de asertividad y un comportamiento retraído. Los niños tímidos muestran un patrón de conducta caracterizado por un déficit en sus relaciones interpersonales y tienen la tendencia a escapar o evitar el contacto social.

El niño tímido que sufre, en vez de disfrutar de las relaciones con iguales y con las demás personas, se siente incómodo en las situaciones sociales. Esa timidez le produce un sufrimiento a nivel emocional y le impide desarrollar las competencias sociales necesarias para insertarse adecuadamente en los diferentes grupos.

El déficit en habilidades sociales o la timidez alude a una serie de fenómenos distintos pero que en muchas ocasiones utilizamos de forma arbitraria. No es lo mismo un niño que presenta baja motivación para relacionarse con sus iguales que uno que es excluido por los otros niños o adolescentes o que teniendo una alta motivación por el contacto con los demás lo evita por determinadas razones. Y entre estas razones pueden encontrarse la timidez o la deficit de habilidades sociales

En el caso de la timidez, la problemática se caracteriza por la evitación frecuente de situaciones sociales por la aparición de miedo, de miedo a la evaluación que de él harán los otros niños o adolescentes y/o de miedo a los desconocidos.

En el caso de déficit de habilidades sociales, en el que no necesariamente tiene que presentarse el miedo o la timidez, nos encontramos con un niño que puede llegar incluso a hacer intentos claros de interacción, pero que utiliza formas y estrategias que no son las adecuadas, lo que le trae como consecuencia el rechazo de los demás.

Parece que tanto la timidez como el déficit en habilidades sociales se explican por la presencia de múltiples factores: en un inicio podemos hablar de cierta predisposición genética. Ésta puede manifestarse a través de un temperamento inhibido en el bebé. Las primeras interacciones con sus cuidadores podrán corregir dicha predisposición y minimizarla o bien acrecentarla aún más.

Tras sus primeros contactos con niños de su edad adquirirá sus primeras habilidades y pondrá en marcha determinados comportamientos junto con pensamientos e ideas que irá elaborando sobre los demás, sobre sí mismo y sus capacidades.

Ya sea por observación, a través de su propia experiencia o mediante información que se le proporciona, ese repertorio de comportamientos se podrá ir modificando.

En la medida en que el niño no disponga de un conjunto adecuado de habilidades y estrategias se incrementará su percepción negativa de las situaciones sociales, su fracaso en esas situaciones contribuirá a crear una imagen de sí mismo como ineficaz y le conducirá a poner en marcha conductas de evitación.

Por otro lado, las interacciones con los demás no sólo suponen espacios para el aprendizaje, sino que también son parte importante de sus experiencias.

Carecer de dichas oportunidades conlleva el riesgo añadido de no poder disfrutar de apoyo social, de una fuente importante de diversión y gratificación, de modelos adecuados que imitar, de reciprocidad y afecto, etc. lo que puede generar también problemas de expresión emocional y de autoestima.

 

¿Cómo te ayudamos? Nuestro Tratamiento.

En Actúa durante las primeras sesiones realizamos una evaluación detallada del problema y conocemos las peculiaridades de cada niño/adolescente junto con el análisis de las situaciones que provocan este comportamiento, teniendo en cuenta también las distintas áreas de la vida del niño: familia, colegio, amigos…

Por otro lado consideramos fundamental el desarrollo de un vínculo positivo y de confianza con el niño o adolescente, condición imprescindible para que el tratamiento sea eficaz. El niño o adolescente tiene que sentirse en las sesiones en un entorno seguro de escucha, compresión y validación.

Además hacemos partícipes a los padres de la evaluación y tratamiento en todo momento.

 Nuestros principales objetivos de tratamiento son:

  • Proporcionar al niño todo un paquete de habilidades y destrezas junto con la oportunidad de practicarlos en un entorno seguro como es la consulta. Dentro de este paquete se incluyen destrezas como introducirse en un grupo, participar en juegos, saber hacer peticiones o negar las de los demás, manejar las críticas o la vergüenza.
  • Mejorar su autoconcepto(características que el menor percibe en sí mismo) y autoestima(valor negativo o positivo que da a sus características).
  • Potenciar la interacción del niño con sus iguales y con otras personas.
  • Reducir la ansiedad vinculada con las interacciones grupales y/o las situaciones sociales.
  • Ayudar a identificar y cambiar los pensamientos negativos que le llevan a desvalorizarse.