¿Qué son los trastornos del estado de ánimo?
Podemos decir que el estado de ánimo es nuestro tono emocional, nuestra actitud para afrontar las situaciones, la sensación con uno mismo… El estado de ánimo depende y está influido por muchas variables. Es fluctuante, no siempre se mantiene en los mismos niveles, dependiendo esto de situaciones cotidianas y de nuestras propias emociones.
Hablamos de problemas de bajo estado de ánimo, cuando durante un tiempo prolongado alguien experimenta emociones como la tristeza, la apatía, la culpa o la desmotivación de forma intensa y diaria.
Todos, en mayor o menor medida podemos experimentar una tristeza intensa en determinados momentos de nuestras vidas. La tristeza es una emoción y como todas las emociones tanto positivas como negativas tiene una función en nuestra vida.
En ocasiones, nos ayuda a afrontar ciertas pérdidas o cambios o nos ayuda a encontrar el apoyo en nuestro entorno más cercano. También, puede ser la señal que nos avisa de que necesitamos poner soluciones a ciertas situaciones.
El bajo estado de ánimo mantenido en el tiempo además, genera lo que se conoce como “la trampa de la depresión”. Al sentirnos tristes no tenemos ganas de hacer cosas, al no hacer actividades nuestra tristeza suele ir en aumento o cuanto menos estancarse, al seguir estando desanimados seguiremos sin ganas de hacer cosas… y este proceso va repitiéndose de forma circular hasta que no pongamos en marcha alguna estrategia diferente para cambiarlo.
El problema con la tristeza no es la propia tristeza sino la gestión que hacemos de ella.
En muchas ocasiones, si no hacemos un buen manejo, se puede intensificar e instalar en nuestras vidas, dando lugar a algunos de los siguientes síntomas:
- Sensación de intensa tristeza o vacío.
- Apatía, desgana, desmotivación, dificultad a la hora de realizar las actividades cotidianas.
- Anhedonia es decir incapacidad para experimentar placer, las cosas que antes nos gustaban, parece que pierden la gratificación que nos producían.
- Dificultades para dormir o dormir en exceso.
- Disminución o aumento del apetito.
- Menor interés en las relaciones sociales por lo que se reducen o se evitan.
- Sentimientos de culpa.
- Llanto o que no podamos llorar aunque sintamos muchos deseos de hacerlo.
- Pensamientos negativos sobre uno mismo (nos vemos incapaces de hacer las tareas cotidianas, nos infravaloramos, …), el funcionamiento del mundo (pensamientos negativos sobre los otros: “me van a dejar de querer”, “no les importo” y el futuro (“no voy a volver a ser el que era”).
- Desesperanza o pensamientos de que no hay solución y de que la situación no va a mejorar.
- Fatiga o intenso cansancio.
- Irritabilidad
- Agitación o enlentecimiento a la hora de llevar a cabo las actividades cotidianas.
- Pensamientos sobre la propia muerte, es decir cuando tenemos un bajo estado de ánimo pueden aparecer ideas sobre desaparecer (a veces no tiene por qué implicar deseos de muerte) pero sea como sea aquí es imprescindible pedir ayuda profesional si empezamos a tener este tipo de pensamientos y de deseos.
¿Cómo te ayudamos? Nuestro Tratamiento.
En Actúa Psicología estamos especializados en la evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos del estado de ánimo y nuestro objetivo prioritario es ayudar a la persona a potenciar sus recursos para afrontar esta problemática con el fin de que no aumente y o pueda volverse crónica. Trabajamos junto con la persona en el aprendizaje de estrategias para una buena gestión de la tristeza, y para que así no se produzcan problemas más graves.
Algunos de los tipos de trastornos del estado de ánimo que trabajamos son:
Es muy importante la búsqueda de apoyo profesional cuando sospechemos que estamos sufriendo una situación parecida a la descrita o nos encontremos con una sintomatología similar.